OLOR A PODRIDO
Inundados de barrio Barranquitas denunciaron que la comida entregada por la Provincia se encontraba en mal estado. El hecho ocurrió el miércoles al mediodía en la Escuela Uruguay donde se encuentran alojadas 230 personas. Situaciones similares se repiten en otros centros de evacuados. El abandono, la falta de organización y la discontinuidad en la asistencia, incrementan el clima de malestar entre las víctimas de la inundación.
El miércoles al mediodía los inundados de barrio Barranquitas alojados en la Escuela Uruguay comprobaron con mucho desagrado que la comida entregada por la Provincia estaba en mal estado. El hecho fue confirmado a Fuera de Foco por una de las mujeres alojadas en el lugar. “Nosotros recibimos la comida como a las dos menos veinte. Cuando abrieron los tachos grandes que traen ellos, para pasar la comida a las ollas nuestras, había un olor a podrido impresionante. Inclusive era un arroz blanco, con un pollo que estaba re…podrido. No somos chanchos, calculo yo, encima de toda la desgracia que nos está pasando, nos están dando cosas repodridas y en mal estado”, dijo muy enojada Susana. "Y no es la primera vez que pasa – agregó - ayer mandaron un asco la comida, que ni los chanchos la comían”.
La mujer comparte penurias con otras 230 personas que buscaron refugio en el establecimiento educativo de la calle Fray Cayetano Rodríguez y López y Planes, cuando el agua de lluvia invadió las viviendas ubicadas al oeste de avenida Presidente Perón.
Cuando comprobaron que el arroz con pollo no se podía comer, intentaron comunicarse con algún responsable de la Secretaría de Promoción Comunitaria, pero no tuvieron suerte. La cadena de teléfonos descompuestos llevo a los vecinos hasta la subsecretaria de Logística del Ministerio Coordinador, Silvina Frana, quien según pudieron averiguar, es la responsable de las contrataciones de la comida caliente que distribuye en los centros de evacuados. Tampoco tuvieron suerte. “Ni el loro nos atendió, porque se ve que la oficina atiende de mañana”, descargó Susana.
- ¿Cómo se arreglaron con la comida?, preguntó Fuera de Foco.
-No comimos nada, qué vamos a comer ese arroz repodrido. Se le dio en el comedor los sándwiches a los chicos, para que se entretengan con algo, pero los grandes no hemos comido nada.
La situación denunciada en la Escuela Uruguay no es el único inconveniente que se produce con la comida entregada en los centros de evacuados de Santa Fe. A diario se reciben quejas en los medios de comunicación sobre mala calidad de los alimentos, escasa cantidad, entrega fuera de hora (incluso en la madrugada) y abandono directo de otros lugares.
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