jueves, agosto 2

OESTE

La ciudad se inunda desde siempre. Desde siempre se prometen obras, desde siempre se denuncia su carencia. Desde siempre el oeste sufre. Ser pobre e inundado, una constante de la historia santafesina.

“Una vez más, la lluvia nos demostró ayer la urgente necesidad de una obra de desagüe”, inicia su crónica el diario El Orden, el 5 de mayo de 1932.

Si cualquiera elige por azar uno de los miles de diarios que se acumulan en el Archivo General de la Provincia, encontrará que cada año se repiten para esa época, las crónicas de la inundación.

El Orden hace 75 años no buscaba responsables. En 1905, en cambio, un diario opositor al gobierno de Rodolfo Freyre, había encontrado tres culpables: los que habían decidido el traslado de la ciudad eligiendo “este casi bañado para plantar los cimientos de una ciudad”, “los indios que obligaron a ello” y, finalmente, “la imprevisión de nuestras autoridades”.

Pero en 1932, inundarse y ser pobre eran dos condiciones que iban de la mano.

Así describía esos días el diario El Orden:

La lluvia caída durante todo el día provocó inundaciones en los barrios de la ciudad.

Desde las horas de la mañana llovió en esta capital, lluvia que a medida que pasaban las horas se hizo más intensa, dando la impresión de que estábamos ante uno de esos temporales que de cuando en cuando nos sorprende. El cielo permaneció plomizo. Nubes negras decían que la lluvia continuaría durante todo el día, como así sucedió. Mucha gente fue sorprendida en las calles y a los pocos segundos ya quedaron empapados. Primero fue una lluvia lenta, pero poco después de mediodía llovía en forma tal que recordaba las épocas lluviosas en que todo el día caía agua.

Los barrios inundados

No decimos ninguna novedad al decir que los barrios quedaron cubiertos por las aguas. En el Oeste vimos calles que era imposible pasar. En Avenida Freyre y Catamarca, por ejemplo, la calle tenía más de medio metro de agua; en calle Avenida Freyre y Salta, en el centro, el agua impedía el paso de los vehículos como lo constatamos. En la mayoría de la Avenida citada daba la calle la impresión de una laguna. Más de una protesta oímos por esto. En calle Buenos Aires al oeste ocurría otro tanto y así en la mayoría de los barrios.

Medio metro de agua

No exageramos si decimos que hubo lugares donde el agua alcanzaba a más de medio metro. En calle Urquiza y Moreno los tranvías dejaron de pasar porque allí el agua alcanzó tal nivel que hacía poco menos que imposible pasar ni en automóvil. Así otros lugares. Si nos dedicamos a dar a conocer calle por calle necesitaríamos muchas columnas que no disponemos.

Cuatro días después, era el momento de ocuparse de los pobres. Lentamente el avance de las aguas va cercando la vida de los pobres. Una visión del suburbio castigado por el río El oeste soporta el ataque. Es la zona de la ciudad sobre la cual se hacen sentir primero los efectos de la creciente, es el título que el 9 de mayo engloba a una extensa crónica de la inundación.

La creciente del río sigue constituyendo una constante amenaza para los que viven en las zonas bajas. Lo hemos constatado enana gira que realizamos en el día de ayer, aprovechando el feriado. Recorrimos los principales barrios, aquellos que están expuestos a sufrir las consecuencias, como ocurre todos los años, cuando como ahora estamos ante una creciente de importancia. Ha sido siempre un verdadero problema la ayuda a los que tienen que desalojar sus viviendas ante el avance de las aguas.

Gobernaba Santa Fe el demócrata progresista Luciano Molinas, quien días antes había puesto en vigencia la Constitución de 1921. El periódico adhería fervorosamente al gobierno de Molinas. Y eso quedaba claro, cuando se refería a los afectados:

Menos mal que bajo el actual gobierno los inundados pueden estar seguros que no quedarán desamparados. Se les ayuda desde ya, se le prestan auxilios y se les da alojamiento en la mejor forma posible. Y es bueno agregar que bajo otros gobiernos no se hacía en la forma que se hace ahora.

Siempre el oeste

Dice El Orden:

Siempre ha sido el barrio oeste, jurisdicción de la comisaría 4ª, el que ha sufrido antes que otros las consecuencias de la creciente. Ello tiene su explicación teniendo presente que el Salado crece de inmediato apenas repunta el Paraná. Eso por una parte y por la otra influyen las lluvias para que las aguas avancen hacia las zonas bajas, como ocurrió en el presente. Es así que el barrio oeste es en los momentos donde más se ve la creciente a que nos referimos. Vive allí no poca gente humilde, de trabajo, hemos visto ranchos, casillas, completamente bajo el agua y otras rodeadas por las mismas. Es natural que la mayoría de los vecinos tomen sus medidas para defenderse. Por eso hay varios que han construido una especie de escaleras que les evita andar en el agua. No faltan las casillas que se han construido teniendo presente que existe siempre la amenaza de las inundaciones.

En calle General López

Las aguas del Salado llegan ya a la calle General López, al oeste. Lo hemos visto. Poco a poco las aguas van avanzando, las viviendas de los que viven por allí –que son muchos- se ven ordenadas sin que falten las que ya están inundadas. Todo ello no deja de causar inquietud a los que saben bien que si sigue el río creciendo están expuestos a tener que abandonar sus viviendas con la amenaza de perderlo todo. Nos decían los vecinos que ellos creen que la creciente no seguirá más adelante, pero como todo puede suceder han tomado sus medidas. La calle a que nos referimos ofrece la impresión de un río en el extremo oeste, tanto como si se estuviera ante un río. Muchas viviendas están invadidas por las aguas. Sus moradores no las han abandonado todavía en la confianza de que el río no seguirá adelante. Pero si ocurre lo contrario, deberán hacerlo.

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