lunes, julio 16

UNA CIUDAD ORGULLOSA DE SU LIMPIEZA

Hubo un tiempo, no hace tanto, en que Santa Fe tenía fama de ciudad limpia. Así lo marcaba la revista Tiempo en setiembre de 1968. “Limpias sus calles, limpios sus paseos, limpias sus paredes”, señalaba.

“-Es el lugar más difícil para la propaganda mural- solían quejarse los amantes de “affiches” y cartelones. Parece que las paredes son “tabú””, comenzaba una nota.

““Prohibido pegar carteles” no es un letrerito más en las paredes, sino una consigna que se cumple rigurosamente. Por parte de los dueños de la pared y de la Municipalidad. Ni en el centro ni en extramuros”, decía hace casi 40 años un periodista que pareciera describir cualquier ciudad, menos esta.

La novedad, y el motivo de la nota, era que se había encontrado una solución para que los publicistas pudieran expresarse como en otras ciudades.

Se había contratado la colocación de 150 pantallas papeleras que cumplían la finalidad de librar paredes y cercos de odiosas pegatinas, colocando “un artefacto elegante en las veredas”, pero además, se marcaba, “el vecino desaprensivo que tiraba papeles a la calle y las veredas, se está adaptando a la costumbre de hacerlo dentro de un recipiente que se le ofrece en cada esquina”.

Para orgullo de los santafesinos se explicaba que el mismo sistema se utilizaba en París y en Nueva York, allí, incluso, algunos eran luminosos.

Para acallar posibles críticas, la revista decía que si bien en algún caso, parecerían tapar un local, se trataba sólo de “una ilusión óptica, según de donde se mire”. “Son eficaces, legibles sin esfuerzo. No hay que levantar la vista para hacerlo. Por otra parte le dan a la ciudad un aspecto propio de las grandes urbes”, finalizaba.

1 comentarios:

gonza dijo...

buen hallazgo jaja

esta ciudad hce varios años que en en vez de mejorar empeora.

no solo pasa en la limpieza sino tambien en muchas aspectos.

necesitamos un cambio ya!

buen blog.

adios