lunes, julio 9

PELANDO LA PAVA

Los zaguanes, testigos de la desaparición del frío santafesino al calor del amor, fueron objeto de órdenes policiales: se prohibía a las parejas “hacer zaguán” o “pelar la pava” después de las 10 de la noche.

En una recopilación de sus escritos periodísticos y anécdotas sobre la ciudad que publicaron sus familiares tras la muerte del periodista Justo Tulián Silva, aparecen algunas historias que vale la pena contar.

Los artículos carecen de fecha, por lo que en algún momento entre 1911 y 1950, Silva publicó un artículo en un diario santafesino acerca de la costumbre de “amurarse las parejas en las puertas de los zaguanes a ‘pelar la pava’ o ‘afilar’”.

La expresión “pelar la pava” nació fruto del humor andaluz. Una señora ordenó a su criada que matara y pelara una pava para una cena. La criada obedeció y estando en la tarea, llegó su novio. Por supuesto, se demoró, y cuando la señora la llamó, le respondió: “señora, que estoy pelando la pava”.

En Santa Fe era el jefe de Policía el coronel Paramiñan y emitió una “orden del día”. Prohibía que las parejas estuvieran en plazas y zaguanes pasadas las diez de la noche. Para él, era una inmoralidad.

En una oportunidad, llevaron detenido a la comisaría a un joven que, pese a haber sido advertido varias veces, continuaba contraviniendo la disposición en plena plaza de Mayo.

“¿Por qué traen a ese mocito tan bien vestido?”, preguntó el coronel. El policía dijo: “Son las diez y media, señor, y estaba de afile en la plaza, con una señorita sola”.

El jefe ordenó: “¡Páselo a la cuadra y póngalo a cebar mate! Así aprenderá a pelar la pava bajo techo”.

Fuente: Justo Tulián Silva. “Reminiscencias santafesinas”. Santa Fe, 1983

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