LOS FANTASMAS PRIVATISTAS DEL GOBERNADOR
La crisis energética se proyecta sobre el escenario electoral. El oficialismo minimiza los riesgos y propone medidas cosméticas. Jorge Obeid enfrenta las críticas sobreactuando operaciones de desprestigio. La fluctuación del discurso primer mandatario entre el estatismo y su intento frustrado de privatización de la EPE en 1995.
Publicado en revista Entre Líneas - Julio 2007
La crisis energética que se instaló con el invierno de 2007 evoca una de las peores pesadillas que atormenta a los argentinos. Cuando se corta la luz en cualquier ciudad, aunque sea por escasos minutos, se amontonan en nuestra memoria los fantasmas de los numerosos apagones padecidos en las últimas dos décadas. Hay quienes se inquietan por miedo a la oscuridad, otros por miedo al frío, otros porque sufren calor o pierden lo poco o mucho que alcanzaron de confort. Pero todos transitan la experiencia con mucha bronca y nada de voluntad para escuchar explicaciones apenas convincentes.
Por ello, para los funcionarios provinciales la pesadilla del momento se llama apagón. Y si la amenaza se presenta en momento de elecciones algunos pueden llegar a temblar de miedo. Esto parece que los fantasmas lo perciben y se aparecen bajo nuevas formas que despistan al incauto.
Diferente es la situación del político avezado - o que peina “canas” como le gusta decir al gobernador Jorge Obeid – que no se deja impresionar ante la primera aparición y sabe como despejar el ambiente para poner al descubierto la aparición.
Un ejemplo. A principios de junio, el gobernador de la provincia, sorprendió a los santafesinos denunciando el inicio de una campaña de desprestigio que buscaba la privatización de la Empresa Provincial de Energía. “Me molestan algunas declaraciones de algunos que se auto titulan jerarquizados de la EPE que hablan como si la EPE fuera de ellos. La EPE es de la población de Santa Fe y la administra el gobierno de Santa Fe tal cual lo dispone la ley”, advirtió el mandatario desde una radio rosarina.
El motivo del enojo de Jorge Obeid fueron las declaraciones realizadas a varios medios provinciales por el titular de la Asociación del Personal Jerarquizado de la EPE, Manuel Luna. El dirigente gremial había señalado que la distribuidora eléctrica provincial se encontraba en una situación “crítica” por la falta de inversión, el fracaso de la lucha contra el robo de energía y un mal manejo de los recursos humanos.
“La empresa en un tiempo corto va a colapsar”, disparó Manuel Luna, advirtiendo que, “internamente se habla con exclusividad de un aumento tarifario”. El dirigente agregó que “se va el dinero en horas extras y no se produce el ingreso en concepto del ataque al fraude”.
Para graficar la situación, Luna sostuvo que “se han gastado más de 10 millones de pesos para combatir en fraude, y las cifras del hurto de energía siguen rondando los 80 millones de pesos”.
Cuando los periodistas abordaron al gobernador para pedirle explicaciones por los prolongados cortes de energía que afectaban a numerosos barrios de Rosario, Jorge Obeid aprovechó la ocasión para salir al cruce de estas declaraciones. “Muchachos, no se coman el amague. Hace ocho años, cuando faltaban tres o cuatro meses para que dejara ser gobernador de la provincia arreció una fuerte política privatista en contra de lo que son nuestras fuertes convicciones de que la EPE debe ser manejada y gestionada por el Estado. Empezaron con que la empresa no iba, que esto no funciona y sobre el pucho vino la ley para privatizar la EPE. Yo no digo que esto esté ocurriendo pero las canas que tengo acá no las tengo al cuete, pero me parece que algunos está queriendo repetir un escenario al de hace algunos años”.
Manotazo al aire contra algún fantasma del pasado. “Tengamos los ojos bien abiertos no vaya a ser que algún pícaro o algún grupo de pícaros esté pretendiendo instalar que la EPE no funciona porque está gestionada por el Estado”, insistió Obeid, sin identificar la amenaza.
Lo cierto, es que el gobernador de la provincia, tomó al embate del personal jerarquizado de la EPE casi como una afrenta personal. Poco tiempo atrás, en la inauguración del año legislativo, Jorge Obeid había reivindicado la política llevada a cabo desde la distribuidora eléctrica santafesina. “El crecimiento productivo requiere de la provisión de energía confiable y competitiva. Para ello, estamos realizando fuertes esfuerzos para optimizar el funcionamiento de la EPE. Hemos normalizado la conducción de la empresa y destinamos una inversión de 208 millones de pesos en el trienio 2004/2006 y 80 millones de pesos para el año 2007”, dijo el mandatario ante senadores y diputados provinciales. Luego repasó los logros del programa de electrificación de 110 escuelas rurales y señaló los avances en el proyecto del gasoducto del noroeste y la construcción de la Central Termoeléctrica de Timbues. “Estas dos obras significan romper el cuello de botella que tiene nuestra provincia en cuanto a la provisión de energía”, concluyó.
Pero ¿contra quien polemiza Jorge Obeid? cuando denuncia una campaña para desprestigiar a la distribuidora eléctrica provincial ¿Son los jerarquizados de la EPE “los pícaros” que quieren privatizar la empresa pese a las “fuertes convicciones” del gobernador? Nada indica que este sea el escenario instalado en Santa Fe. La otra posibilidad surge del discurso del propio mandatario cuando recuerda la transición de 1999, donde Carlos Reutemann le arrancó la Ley de Emergencia Económica y Previsional y sacó luego sin resistencia interna el marco regulatorio para intentar concesionar la empresa.
Se sabe que en las anteriores transiciones de gobierno las distintas facciones del partido justicialista negociaron parcelas de poder dentro del estado a cambio de respaldo para determinadas políticas y uno de los espacios más disputados fue la Empresa Provincial de Energía. Por ello conviene acercarse a los sucesos de dichos periodos para intentar desentrañar contra quien esta peleando Jorge Obeid.
Historia oficial
Resulta muy simpático repasar la reseña histórica que publica la EPE en su página de Internet y comprobar como algunos periodos importantes de la gestión justicialista fueron olvidados.
El relato se remonta al año 1888 cuando comenzó a explotarse comercialmente la energía eléctrica en nuestra provincia. Luego recorre las décadas del 40, 50 y 60 del siglo XX, hasta llegar a 1981 cuando la vieja Agua y Energía transfiere sus instalaciones a Santa Fe.
“La posibilidad de contar con una empresa de energía, en lugar de una "Dirección Provincial", siguiendo los pasos dados por otras provincias, se concretó a fines de 1986, cuando el 18 de diciembre es sancionada la ley 10.014 que crea la Empresa Provincial de la Energía de Santa Fe (EPESF). El primer directorio comienza su tarea el 8 de julio de 1987.
“El 30 de diciembre de 1999 se sanciona la Ley N° 11.727, que establece un marco regulatorio eléctrico y transformación energética provincial, autorizando al Poder Ejecutivo a otorgar la concesión para la prestación del servicio de distribución y comercialización de energía eléctrica en las áreas territoriales que actualmente sirve la EPESF.
“En su discurso a la Asamblea Legislativa del 1º de mayo de 2002, el señor Gobernador de la Provincia, Carlos Reutemann, desistió del proceso de privatización de la empresa, fundamentando tal decisión en la situación de inestabilidad macroeconómica que soportaba el país.
“El Ing. Jorge Obeid, gobernador por el período 2003-2007, ratifica la propiedad de la empresa de energía provincial en manos del Estado. (http://www.epe.santafe.gov.ar/index.php?id=71)
Curiosamente, la historia oficial de la EPE - versión 2007 - omite toda referencia al año 1995.
Quemá esos papeles
En mayo de 1995, Carlos Reutemann transitaba su último año como gobernador y decide enviar a la Legislatura el Mensaje N° 1606 con el proyecto de "Ley Provincial de Energía Eléctrica". Allí se expresaba que "existiendo capitales privados dispuestos a asumir el riesgo empresario que significa la prestación del servicio eléctrico en la Provincia, no se justifica la inmovilización del capital del Estado en esa función, por lo cual se plantea la privatización de la Empresa Provincial de la Energía con la modalidad de la concesión de servicios".
El proyecto queda varado en las comisiones pero se transformó en el eje de las negociaciones entre los equipos de Carlos Reutemann y Jorge Obeid. Por aquel entonces, la lectura política dominante era que el “Lole” prestaba el poder por cuatro años, dejando en distintos puestos claves a su gente, para luego retornar a la Casa Gris. En el caso de la EPE la continuidad del proyecto privatista debía ser garantizada por Antonio Caro que es elegido para conducir la empresa a partir del 10 diciembre de 1995.
En este contexto, un mes antes del cambio de gobierno, el contador Edgar Lucca le envía al futuro ministro de Hacienda, Hugo Garnero, un pormenorizado informe sobre la situación de la EPE. "Hemos tratado de incorporar al Documento, la información más relevante sobre las principales variables comerciales, financieras y presupuestarias de la Empresa y también hemos incluido algunos datos sobre aspectos técnicos (energía operada, perdidas, etc.)", dice la primera página del voluminoso trabajo enviado con membrete oficial desde las oficinas de la empresa en calle Primera Junta. Luego se agrega como posdata, "ayer en la tarde estuve en contacto con Fernando Alonso. Ya agendó la reunión que mantendremos el día lunes 13 de noviembre a las 15 horas en el Centro Gubernamental. 6° Piso".
El ingeniero Fernando Alonso fue una pieza clave en el armado del libreto que luego interpretaría por dos años Jorge Obeid. En contacto permanente con Hugo Garnero preparó varios documentos sobre la continuidad del proceso de privatización.
Uno de ellos fue firmado el 15 de noviembre en Rosario y también estaba dirigido a Hugo Garnero. Allí se desarrolla "el cronograma más ajustado que he podido realizar" para el proceso de privatización. "Es de cumplimiento probable y estimo que estamos en condiciones de llevarlo a cabo, seguramente no va a ser fácil en los tiempos en los cuales lo he planteado, pero para eso tenemos el convencimiento, el conocimiento y la voluntad necesaria para conseguir el objetivo", le dice Alonso al futuro ministro de jorge Obeid.
El cronograma ideado era realmente ambicioso. En diciembre de 1995 debía estar aprobado el mensaje enviado a la Legislatura, armado el comité privatizador e iniciada la revisión del pliego. En enero de 1996 tenía que estar constituida la sociedad anónima y los pliegos puestos a la venta. En abril se realizaba la precalificación de los oferentes. El empeño de Alonso llegó al extremo de fijarle fecha a la firma del contrato de transferencia: 27 de mayo de 1995.
El documento también presentaba una guía de trabajo donde se detallaba el "Estado del pliego de bases y condiciones". Según Alonso, la parte general estaba terminada, el contrato de concesión también, lo mismo que el reglamento de suministro. Faltaba el anexo sobre el área de concesión, el régimen tarifario, el cuadro tarifario inicial, el listado de activos a transferir, los pasivos a transferir, entre los numerosos puntos enumerados la largo de dos páginas.
El ingeniero Alonso en su escrito es muy enfático sobre la importancia del liderazgo. "El esquema de privatización planteado es muy ajustado pero factible de ser cumplido. Para lo cual hace falta una conducción desde el comité privatizador homogénea y altamente profesionalizada", consigna.
Además de las tareas propias de la preparación del pliego, el documento precisa que este comité debería:
- "Realizar la promoción de la venta en los más altos niveles empresarios".
- "Acompañar a la autoridad política en las necesarias negociaciones con los sindicatos, otros sectores políticos no oficiales, cámaras empresarias y asociaciones profesionales".
- "Trabajar con los medios (de comunicación) en la búsqueda de viabilizar el proceso".
- "Buscar recurso Banco Mundial (sic) con el objeto de aplicar un plan de reconversión laboral (retiro voluntario), para aumentar el valor de la empresa y favorecer apoyos sindicales".
Convencido de su misión, Alonso termina sugiriéndole a la nueva administración las ventajas del proyecto: "Se me ocurre que además (el impulso a la privatización) puede significar un buen comienzo para el gobernador, ya que, marca continuidad en el proceso y además introduce en el mismo, un nivel de acción y de presencia del gobernador del cual hemos carecido hasta el momento", en alusión a Carlos Reutemann, su anterior mandante.
La transición del ‘95
Pero las aspiraciones del equipo de transición solo se cumplieron en parte. El primer paso fue dado en la Legislatura santafesina el 11 de diciembre de 1995. Parado frente a senadores y diputados, Jorge Obeid pronunció el tradicional discurso de inicio de gestión. En cumplimiento de los pactos preexistentes, el flamante gobernador desarrolló los principios rectores de su política, según consta en el diario de sesiones de la Cámara de Senadores, de 113º periodo legislativo, 32ª reunión, 7ª asamblea legislativa, pagina 5 y 6, para los desconfiados.
“En este campo queremos reafirmar la vigencia del principio de subsidiariedad: al estado le corresponde hacer todo lo que necesitan los santafesinos y que los particulares no pueden o no quieren o para lo cual son ineficientes. Y le corresponde privatizar, transferir, desregular, desburocratizar todas aquellas actividades donde los ciudadanos y los agentes económicos se desempeñan con eficiencia y asumiendo los riesgos que correspondan.
“Vamos a privatizar el Banco de Santa Fe SA y a concesionar la Empresa Provincial de Energía – tal cual lo establecía nuestra plataforma electoral, ampliamente difundida – porque las condiciones de la globalización y competencia con ventajas comparativas y competitivas de la economía mundial hacen que necesitemos crear y diseñar herramientas nuevas.
La propuesta se complementaba con la creación de un Fondo de Asistencia a la Producción integrado con el dinero de la privatización de la empresa provincial. “El enfrentamiento en posiciones ideológicas irreductibles del tipo “fundamentalismo del mercado” versus “nostálgicos del 45” no hará sino postrar a la provincia en un inmovilismo que solo beneficiará a los intereses corporativos sectoriales en detrimento de todos los santafesinos”, decía Obeid, aquella mañana de 1995, cuando iniciaba su mandato.
Ahora, cuando vuelven sonar ominosas advertencias de privatización, los ecos de 1995 pueden servir para entender los fantasmas que acechan al gobernador.
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