EL PEOR DE LOS FINALES
Un grupo de pescadores encontró el cuerpo sin vida de Gustavo Diterlizzi, flotando en el río Salado, a la altura de la Estancia de los Jesuitas. El joven estaba desaparecido desde el domingo 4 de marzo. Su padre es policía de la Brigada de Investigaciones y la familia teme que se trate de una venganza. Denuncian que la investigación estuvo paralizada hasta que el caso tomó estado público.
El cuerpo sin vida de Gustavo Diterlizzi apareció flotando anoche en el río Salado. Fue encontrado por unos pescadores que inmediato dieron viso a la policía. El joven se encontraba desaparecido desde el domingo 4 de marzo, cuando tomó un colectivo de la Línea 18 en barrio Santa Rosa de Lima con destino a la casa de sus padres, en el norte de la ciudad.
El caso tomó estado público cuando unas 50 personas - entre familiares y amigos de Gustavo - marcharon desde Aguado y Estrada hasta la Plaza del Soldado para reclamar su pronta aparición. Entre los convocantes estaba Susana Silvan – tía del muchacho -, quien en diálogo con Fuera de Foco explicó los temores que tenían, que lamentablemente, a las pocas horas quedaron confirmados: “Nosotros tenemos la certeza absoluta de que por sus propios medios no se fue. Nadie pidió un rescate ni nada. El no tenía problemas con la familia, era muy considerado con los padres, avisaba a donde iba y a que hora volvía. Entonces no encaja en el caso de un chico que le puede agarrar una rabieta y se va. Y si se fue, a los dos o tres días, hubiéramos tenido noticias. Hoy hace una semana y un día que no se sabe absolutamente nada de el. Entonces todo hace suponer que algo le pasó”.
La sospecha en ese momento era que la desaparición de Gustavo fuera una venganza contra su padre.
Esta posibilidad fue ratificada por Rodolfo Diterlizzi, padre del joven muerto y policía de la Brigada de Investigaciones, quien ayer por la tarde (antes del hallazgo del cadáver de su hijo) contó los detalles de una llamada amenazante recibida la semana pasada. “Yo el domingo a la tarde radico la denuncia por el pedido de paradero de Gustavo en la División Judicial de la Unidad Regional I. El martes a la noche, pasadas las doce, recibo una llamada en mi celular donde primero me insultan y luego me dicen: “Viste que feo que es estar lejos de un familiar querido. Ya vas a tener noticias”, y me cortan. Eso yo lo denuncio 15 minutos después en la Comisaría Décima”.
El hecho que por estas horas agrava el dolor de la familia Diterlizzi es la demora de la policía para iniciar la búsqueda de Gustavo. Recién ayer por las mañana, luego de la marcha de los familiares hacia la Plaza del Soldado, se realizó un primer rastrillaje en un sector del norte de la ciudad. “Se estuvo haciendo un rastrillaje en la zona donde vivimos nosotros. Estuve hablando con el jefe de unidad y de investigaciones, pero no me dieron grandes detalles”, dijo Rodolfo Diterlizzi.
Para el policía es incompresible que la pesquisa de sus camaradas comienza “ocho días después de la desaparición de mí hijo después que se hace una marcha”.
“El día posterior empiezan a trabajar. Porque hasta el día de la marcha, ninguno de los jefes de la policía hizo siquiera una llamada telefónica preguntando como estaba, si sabía algo, si tenía algún dato. Porque a todo esto yo estaba investigando por otro lado. Parece que a ellos no les puede pasar nunca”, acusó Diterlizzi.
Ahora que sucedió el peor de los finales para Gustavo Diterlizzi, los jefes de la Unidad Regional I deberán dar muchas explicaciones sobre las demoras en la explicación. Sobre este punto vale destacar el dato aportado por una calificada fuente de la Secretaría de Derechos Humanos. Según pudo saber Fuera de Foco, la denuncia presentada por Rodolfo Diterlizzi dando cuenta de la desaparición de su hijo, nunca fue informada al organismo que conduce Domingo Pochetino, pese a que la notificación de este tipo de casos es un procedimiento acordado entre distintas dependencias del estado provincial, que intervienen ante un pedido de paradero que involucra a un joven menor de 21 años.
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