domingo, marzo 18

CHICOS Y JÓVENES EN LA MIRA

Sobre formas de comunicar y miradas un tanto sesgadas hacia el delito y hacia los chicos y jóvenes trata este informe. Y también sobre una pregunta: ¿una oficina de prensa de un organismo público, debe trabajar del mismo modo que la de una empresa?

Hace poco más de un mes, un operativo coordinado por el comisario de la 1ª y con el apoyo de la Agrupación Cuerpos, mereció una amplia cobertura del diario Uno.

La crónica señalaba que muchos menores habían sido llevados hasta la dependencia policial como paso previo a que la Justicia de Menores resolviera cómo proteger su integridad. Uno de los hechos destacados en aquel momento fue el despliegue de móviles policiales frente a jóvenes que intentaron fugarse cuando estaban subidos a una glorieta en boulevard Pellegrini. La policía buscaba “controlarlos” y, aunque luego no se confirmó ni desmintió la información, los jóvenes arrestados por estar subidos a una glorieta “contarían” con antecedentes penales.

Acerca de la forma de comunicar

Rodolfo Walsh, hace muchos años, había entendido que el periodismo era básicamente información. Enseñaba, recuerda Eduardo Jozami, que “buena parte de la información que nutría los cables (de la Agencia Clandestina de Noticias) proviniera de fuentes públicas leídas con criterio y detenimiento”.

A mano, y sin demasiado esfuerzo, los periodistas de Santa Fe tenemos los partes que diariamente nos envía la División Relaciones Policiales de la Unidad Regional I. Es apenas una fuente, una punta para iniciar cualquier trabajo. No la única fuente.

¿De qué nos informa la URI diariamente?

En un ligero repaso, los partes de prensa emitidos entre el 1º y el 17 de marzo, recogen 65 hechos que, la división Relaciones Policiales selecciona para que la prensa de la ciudad comience su trabajo. Cincuenta y cinco de esos hechos están protagonizados por niños o jóvenes en calidad de delincuentes, tomando a esta última categoría en un sentido amplio que va hasta los 30 años, puesto que los redactores utilizan como sinónimos para esa franja etarea los vocablos “joven”, “sujeto” o “individuo”.

Se envió también un pedido de paradero (que no es el del joven Gustavo Diterlizzi) y tres sucesos en los que jóvenes o niños son protagonistas, pero como víctimas.

Una oficina de prensa, se supone, existe para destacar las bondades de la institución o empresa a la que se promociona. Aún aceptando livianamente que esto mismo puede suceder con las oficinas públicas, es necesario preguntarse por qué a esta oficina de prensa le interesa destacar únicamente los delitos protagonizados por chicos y jóvenes.

Hace un año, Fuera de Foco publicó un informe especial, titulado El perfecto enemigo.

Analizando los datos (públicos también) Pablo Bosch destacó que sólo el 6 por ciento de las causas penales ingresadas en 2005 a los Tribunales de Santa Fe tenía como imputado a un menor de edad. En ese informe, también se señalaba que “de acuerdo al rumbo que tome el humor social, distintos sectores sociales pueden ser objeto de una estigmatización”. Según la noción acuñada por Stuart Hall de “pánico moral”, “cuando la reacción oficial hacia un grupo de personas o serie de hechos es completamente desproporcionada a la amenaza representada, o cuando los expertos, policías, jueces y periodistas perciben la amenaza de formas distintas, y cuando los medios enfatizan repentinas y dramáticas novedades por encima y más allá de un estudio sobrio y realista, se puede sostener que ha comenzado el ‘pánico moral’”.

Desproporciones

El fin de semana pasado, en la madrugada del domingo 11, fue asaltado un negocio en pleno centro de la ciudad. El hecho fue ampliamente difundido y comentado por varios medios de comunicación, no así por la División Relaciones Policiales, absolutamente imbuida en su rol de propaganda de las buenas acciones de la fuerza.

Y en ese sentido, informaba apenas unas horas antes, que tres menores habían sido detenidas. “Tres nenas hurtaron peluches en una regalaría”, titula la URI. “La propietaria de un local comercial ubicado en 1ro de Mayo al 6000 dio aviso de la sustracción de mercadería por parte de (3) nenas de sólo 11 y 12 años. Arribado al lugar el personal del Comando Radioeléctrico logró detener a las tres menores, oriundas de Villa Hipódromo, y secuestrarles los (5) peluches que se llevaban del comercio. Se dio conocimiento al Juzgado de Menores y las actuaciones se sustancian en la Seccional 9na”.

En la misma madrugada del domingo 11, cuando nadie acertó a ver que desvalijaban “La Tanga Loca”, sucedía otro hecho que sí fue informado por esta oficina: “Tres menores detenidos en la madrugada”, comienza la información, que se desarrolla señalando que un niño de 11 años y dos niñas de 13 y 14 habían sido detenidos por una patrulla en Bv. Pellegrini y Urquiza y puestos a disposición de la Justicia de Menores. “Habrían protagonizado la sustracción de una billetera con documentación y dinero en efectivo y un teléfono celular a una mujer”.

Si las víctimas no hablaran y no se comunicaran con los medios, hubiéramos supuesto, que esa madrugada la policía de la ciudad había actuado brillantemente, deteniendo a esos tres niños, más a otros tres “sujetos” de 17, 19 y 32 años por un asalto; a otros dos “sujetos” de 17 y 20 años junto a una menor de 16 tras un allanamiento; a un menor de 17 años que cargaba un revólver; a un “sujeto” 31 años con un arma blanca; a otro “sujeto” de 35 por robo y a un “sujeto” de 19 años que caminaba por el centro con una carabina.

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