viernes, febrero 2

LOS BAJOS SUBMERIDIONALES, UN TESORO DESCONOCIDO EN EL NORTE SANTAFESINO

Hoy se conmemora el “Día Mundial de los Humedales”. Estos ecosistemas se encuentran entre los más productivos del planeta, y brindan importantes beneficios económicos y sociales. En la Argentina, a pesar de ser uno de los humedales de mayor importancia en la región chaqueña, los Bajos Submeridionales de Santa Fe son una de las áreas menos desarrolladas del norte de nuestro país debido, en parte, a la grave degradación de sus recursos naturales. Por Marcelo Manzatto, especial desde Vera


Los humedales son ecosistemas muy variados, de un alto valor ecológico, económico y social, cuya característica principal es la importancia del agua para su funcionamiento. Por eso, el 2 de febrero de 1971 se firmó en la ciudad de Ramsar, Irán, la primera “Convención para los Humedales”, que desde 1975 busca asegurar el mantenimiento de las condiciones ecológicas de estos singulares ambientes, promover la planificación del uso racional de todos los humedales y alentar la capacitación y la investigación para mejorar su manejo.

Estas extensiones de aguas, permanentes o temporales, cumplen importantes funciones, como la prevención de inundaciones. Proveen agua potable, permiten la retención de sedimentos y nutrientes, y albergan una rica y variada diversidad biológica. Sus recursos naturales son muy valiosos para sostener actividades como la pesca, la caza, la ganadería, la agricultura, la explotación forestal y el turismo. Muchas de ellas se caracterizan por recurrentes ciclos de inundación y sequía, que determinan no sólo su dinámica sino también las condiciones de vida de sus habitantes.

En la Argentina existe una gran diversidad y abundancia de humedales, ubicados en las siguientes regiones: Cuenca del Plata, Chaco, Pampas, Patagonia, Zona Costera Patagónica y Andes del Sur. Sin embargo, varios de ellos – como los Bajos Submeridionales- están en peligro. Junto a los Esteros de Iberá en la provincia de Corrientes, esta pampa inundable es uno de los humedales de mayor importancia en la región chaqueña, que sin embargo históricamente ha sido desvalorizado.

Los Bajos Submeridionales tienen una superficie mayor que toda la provincia de Misiones, equivalente a más de tres millones de hectáreas. Están ubicados en el centro este de Santiago del Estero ( 4,7 % ), Centro - Sur y Sureste del Chaco ( 9,7% ) y fundamentalmente Centro - Norte de Santa Fe ( 85,6 %). Dentro de esta provincia, representan el 21 % de su territorio, incluyendo parte de los departamentos de Vera, 9 de Julio, San Cristóbal y San Justo.

Este gran territorio, cuya principal actividad productiva es la ganadería extensiva en base al forraje natural que ofrecen sus extensos pastizales, contiene sólo el 8,9% de la población de la provincia. La baja densidad poblacional, la concentración desigual de la tenencia de la tierra, la falta de servicios básicos como luz eléctrica y centros de salud y la deplorable calidad de vida de muchos pobladores rurales configuran allí un escenario propio de los primeros tiempos de la Argentina.

Además, los Bajos son el hábitat de distintas especies en peligro de extinción como el venado de las pampas, el aguará guazú, el águila coronada, el cardenal amarillo, así como muchas otras aves acuáticas y de pastizal, que viven adaptadas a las condiciones cambiantes de esta gran llanura. La rica diversidad biológica hace de los Bajos Submeridionales una región sumamente valiosa para la conservación. Sin embargo, al día de hoy las medidas de conservación públicas o privadas son prácticamente nulas.

En los últimos años se ha implementado la construcción de una red de canales de desagüe, que estaría afectando en forma drástica el funcionamiento del ecosistema. Esta obra, de proporciones ecosistémicas, ya está generando importantes pérdidas económicas, debido a la disminución de recursos asociados a la actividad ganadera como el agua y el pasto.

Por otra parte, la magnitud de la influencia de las canalizaciones sobre los aspectos centrales en los que se podría asentar un desarrollo sostenible para la región también es, hasta el día de hoy, pobremente conocida.

La compleja problemática que afecta los Bajos Submeridionales requiere de un abordaje amplio y participativo, que desde principios de 2006 se materializó en un proyecto conjunto de la Fundación Vida Silvestre Argentina y FUNDAPAZ, financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional y la Fundación Ecología y Desarrollo, de Zaragoza. El trabajo apunta a revertir el deterioro del ambiente de los Bajos Submeridionales y su aptitud productiva, y promover un manejo sustentable de sus recursos.

La importancia que tienen los Bajos en las economías y la calidad de vida de los pobladores locales, y las singulares características de los ambientes involucrados, convergen con el deseo de ambas ONG de poder aportar su experiencia, a fin de identificar herramientas útiles que permitan alcanzar en el área un desarrollo productivo armónico con la conservación de sus recursos naturales.

Sobre la FVSA

La Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA) es una organización privada no gubernamental, de bien público y sin fines de lucro creada en 1977. Su misión es promover la conservación de la diversidad biológica y los recursos naturales argentinos, revertir las pautas de consumo que los afectan y apoyar el desarrollo sustentable. Vida Silvestre se caracteriza por su trabajo orientado hacia resultados concretos, basados en el diálogo intersectorial y concentra su actividad alrededor de tres oficinas en Buenos Aires, Puerto Iguazú y Mar del Plata. Desde 1988, está asociada y representa en la Argentina a WWF, una de las organizaciones independientes de conservación más grandes del mundo, presente en 96 países. Para saber más visite www.vidasilvestre.org.ar

Sobre FUNDAPAZ

La Fundación para el Desarrollo en Justicia y Paz nació en Vera, Santa Fe, en 1973. Su misión es la promoción humana y el desarrollo solidario de comunidades rurales pobres del norte argentino. Los objetivos de la institución son alentar el protagonismo de las familias y organizaciones de criollos y aborígenes para su desarrollo integral y sustentable, apoyándolos técnica y financieramente en la búsqueda de alternativas productivas y facilitando los procesos de comunicación, información e intercambio entre grupos. Actualmente acompaña a unas 3500 familias en Santa Fe, Santiago del Estero y Salta.

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