domingo, febrero 25

VIUDITAS ALEGRES

Santa Fe, en las épocas en que la mujer no tenía ningún tipo de participación política, les regalaba mucha actividad social. Hasta sus diarios les dedicaban algunas páginas: cómo se habían vestido en el carnaval, o en un evento en el Club del Orden. Hasta les llevaba noticias de qué clase de ropa interior debían llevar si les tocaba estar de luto.

En una época, también en Santa Fe, los dictados de la moda imponían cuál era la ropa interior que debían usar las mujeres cuando estaban de luto.

A fines de 1899, el diario Unión Provincial traía “algunos datos de última moda que tienen interés para aquellas de nuestras lectoras que estén de luto”. Y explicaba:

“La lencería especial para luto, es decir, la ropa interior confeccionada con telas listadas o moteadas, blancas o negras, ha pasado por completo de moda”; ¿para quién usaban las viudas esa ropa interior? Misterio.

“Actualmente”, continuaba el diario, “en nada se diferencia la ropa blanca común de la de una persona que lleva luto”.

Es más: “Hasta los pañuelos, especiales para el caso, han perdido aquellas clásicas franjas, muy anchas; los que ahora se usan y que son la gran novedad, sólo tienen negro el nombre o un enlace de letras que sirven de marca y cuando más un sencillo festón, o un jaretón (dobladillo) cocido a punto calado con algodón negro sumamente fino. Otros modelos son todos blancos y en uno de los ángulos lucen en motivo bordado al estilo ‘Renacimiento’ con seda o algodón negro, según el material de que esté hecho el pañuelo”.

Pero había más. Había joyas especiales para luto. Las más modernas, según el diario eran de azabache mate combinado con perlas negras de diversos tamaños, para quienes tuvieran que lucir luto riguroso, y de azabache brillante con perlas blancas y amatistas, para quienes ya estuvieran en la etapa del “alivio de luto”.

El artículo para las viuditas alegres terminaba diciendo: “Muy lindos collares, brazaletes, cadenas, sortijas, etc., así combinados, de formas originales, ofrece la Moda a sus constantes súbditas”.

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