DE CÓMO ESCALAR POSICIONES EN LA DOCENCIA
Doblar un poco el espinazo, no ser tan inflexible en sus principios, aprender el arte de la cortesía, eran los consejos de un diario santafesino para saltar de dos en dos los escalones que llevan a las alturas.
Gobernaba la provincia Luciano Leiva. El diario que se había fundado para combatir su candidatura, siguió publicándose para combatir su gobierno.
En 1896, el diario Unión Provincial recibió una carta del maestro Solanés. El docente informaba que había puesto su diploma en manos del presidente del Consejo de Educación y que varias veces había pedido su devolución, después de haber renunciado. Como no recibió respuesta, pidió consejo al periódico. “Dígame, ¿cómo podría volver a entrar yo en posesión de ese diploma, que es para mí un montón de recuerdos y un puñado de esperanza?”.
En el diario le contestaron: “Amigo muy estimado. ¿Que se le ha quedado el Consejo Escolar con el diploma que le da derecho a llamarse Profesor Normal? ¿Y de qué se queja usted? Pues a mí me parece que debía estar más contento que unas castañuelas. Sé yo de más de diez y aún de más de ciento que han perdido, en aquellas encrucijadas, el título, la salud y hasta el poco pelaje con que se metieron en las veredas desusadas y peligrosas en estos desventurados tiempos”.
Era Domingo Silva quien contestaba. Le decía al maestro que era demasiado quisquilloso estar molesto por la pérdida de un “papelote”, ya que podrían haberle ocurrido cosas peores en una provincia gobernada por Leiva y con Gregorio Romero al frente del Consejo. “Otros maestros, menos felices, han perdido el estómago por comer poca carne y tragar mucha bilis, y la ropa, por esperar pagos que todavía no llegan, y la fe, por esperar una justicia que no acaba de llegar”.
Después, le daba consejos, porque no todo estaba perdido. Si Solanés quería volver a la actividad docente e incluso llegar a ser inspector o director general de escuelas, era cuestión de “doblar un poco el espinazo, de no ser tan inflexible en sus principios, de aprender el arte de la cortesía”.
Así, le decía Silva, vería cómo resultaba fácil, subir de dos en dos los escalones que llevan a las grandes alturas.
Fuentes:
Diario Unión Provincial, 1896
Elías Díaz Molano. “Domingo G. Silva”. Buenos Aires, Plus Ultra, 1981
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