PIERDEN POR GOLEADA
El último 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer. Las santafesinas tuvieron mucho que decir, y lo hicieron en el mayor reducto de los varones: las canchas de Colón y Unión. Nada más simbólico. Sólo en Buenos Aires, en cinco años, 870 mujeres fueron asesinadas por su pareja. En el mismo lapso, hubo nueve muertos por la violencia en el fútbol.
La semana pasada, el jefe de Gabinete de la Nación recibió en su despacho al presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Julio Grondona. Estaban muy preocupados, ambos, por la violencia en el fútbol.
“Colaboración total” ofreció Alberto Fernández para combatirla. No se han consensuado aún políticas para frenarla entre todas las provincias, nótese si no que mientras provincia de Buenos Aires deja de custodiar a los hinchas en su trayecto al estadio y el fiscal Marcelo Romero dice que la policía no debe ser “niñera” de “psicópatas”, Santa Fe hace todo lo contrario. Pero eso es harina de otro costal.
Lo cierto es que el país y los mandatarios están preocupados por la violencia en el fútbol. “No puede ser”. Y por casa, ¿cómo andamos?
Esa fue la pregunta clave que se hicieron las mujeres integrantes del Sindicato de Amas de Casa y del Centro de Estudios Políticos y Sociales sobre Género los últimos dos fines de semana.
El domingo 19 y el sábado 25, un grupo de ellas ingresaron, no exentas de dificultades, a los estadios de Colón y Unión respectivamente. Lo hicieron vestidas de novia, pero con velo negro. Mientras la voz del estadio leía su proclama, las novias de luto paseaban su bandera por el césped de los varones: “No a la violencia en el fútbol. ¿Y por casa cómo andamos?”
“Estamos un poco hartas que siempre tengamos que ocuparnos nosotras de los problemas que generan los varones. Creemos que es hora que ellos se pongan a pensar como cambiar esta cultura patriarcal y machista que los hace golpeadores, abusadores, acosadores, violadores y asesinos de sus parejas”, manifestaron.
En diálogo con Fuera de Foco, Isabel Zanutigh remarcó que no se puede encontrar una solución real a la violencia contra las mujeres si no se conoce cabalmente la magnitud del problema.
No existen estadísticas oficiales, pero sólo en provincia de Buenos Aires, entre los años 1997 y 2003, 870 mujeres fueron asesinadas por sus parejas; en el mismo período, nueve personas murieron por la violencia en el fútbol.
“¿Por qué, si las cifras de mujeres asesinadas por sus parejas es infinitamente superior a la de los muertos por la violencia en el fútbol, nadie se preocupa por ello?”, se cuestionan estas santafesinas.
Ni Alberto Fernández, ni ningún otro funcionario, levantaron el teléfono.
La pelota en su cancha
Antes de los partidos, la cancha fue de las mujeres. Durante su desarrollo, las tribunas fueron de las mujeres.
Las novias de luto repartieron volantes remarcando que “terminar con la violencia contra las mujeres también depende de vos, hoy, ahora”.
Y la voz del estadio, leyó:
“Hoy venimos a la cancha a preguntarles a los varones presentes:
“¿Por qué si la magnitud de las mujeres dañadas física y psicológicamente por la violencia sexista es enormemente mayor a los que resultan del fútbol, la prensa no se ocupa de este genocidio?
“¿Por qué todos los medios hablan de lo que pasa en un partido, un día de la semana y no los escandaliza, lo que pasa todos los días en miles de hogares donde las mujeres son golpeadas, violadas, abusadas, asesinadas por sus parejas?
“¿Por qué si la violencia doméstica (¿?) causa daños irreparables física y psicológicamente a mujeres, niñas, esto no constituye ni parece preocupar a gobernadores, ministros y mucho menos a la ‘Justicia’?
“¿Por qué los violadores, abusadores, golpeadores y asesinos son siempre varones?
“¿Por qué las abusadas, golpeadas, acosadas, violadas y asesinadas son siempre mujeres y niñas?
“Hasta hoy, organizaciones de mujeres a lo largo y ancho del país, de la región y del mundo, hemos logrado instalar el tema en la sociedad, hemos generado leyes y tratamos siempre de defender y ayudar a las víctimas de una cultura profundamente patriarcal y machista.
“Pero esto no es suficiente si ustedes, los varones, no comienzan a preguntarse por qué?????????
“Les dejamos la pelota en su cancha, queremos ver cómo juegan este partido”.
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