miércoles, septiembre 12

LA CORTE VISITA LA CÁRCEL

Los presos se quejan de la lentitud de la justicia, y la Corte Suprema de Justicia de la Provincia, decide visitar a los reclusos y amonestar a los jueces que no retardan sus sentencias. Santa Fe año verde…

Las constantes quejas por la lentitud de la justicia, tienen larga historia en la ciudad. En 1915, tras una acordada del entonces Superior Tribunal de Justicia, su presidente, vocales y el fiscal se trasladaron a la cárcel pública, junto a los señores jueces de instrucción, los en lo civil de la primera, segunda y tercera nominación, los señores agentes fiscales y los defensores de pobres e incapaces.

No puedo evitar la tentación de imaginar a nuestra Corte actual (con o sin Daniel Erbetta) caminando por los mugrientos pasillos de cualquiera de las cárceles provinciales. Y no puedo. Es un esfuerzo de imaginación demasiado grande.

Pero en aquel tiempo, ya en la cárcel, se llamó a los presos y se les informó a cada uno de ellos sobre el estado de sus causas y también se los interrogó acerca del tratamiento que se les daba.

“La mayoría de los recluidos expresó al tribunal su queja por insuficiencia y mala calidad del racionamiento como así mismo de la distribución que de él se hacía, expresando también que los cocineros les vendía a los que podían adquirirla, carne sacada del mismo racionamiento”, es la denuncia que trajeron consigo los magistrados.

Además, se comprobó que había muchas quejas por parte de los procesados, contra el juez del crimen de esta circunscripción porque se expedía “con retardo pronunciado en las causas que se tramitan ante él, siendo muchos expedientes que se encuentran a fallo desde hace más de un año, sin que pueda servir de excusa el recargo en el despacho”, señalaba la resolución de la Corte.

Tomado en cuenta todo esto, el Superior Tribunal acordó señalarle al Poder Ejecutivo las quejas recibidas de carácter administrativo para que tomara las medidas que correspondieran y apercibir seriamente al juez del crimen “recomendándole preste más atención en el cumplimiento de sus deberes”. Además, se le dio a este juez un mes de plazo para que dictara fallo en nueve juicios que estaban durmiendo desde 1913.

¡Impresionante despliegue por “sólo” dos años de retraso!

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