lunes, mayo 14

EN SANTA FE EL HAMBRE TAMBIÉN ES UN CRIMEN

Además de particular y colorida, la Marcha Nacional de los Chicos del Pueblo, sacude algunas conciencias. Y como nuestra ciudad también tiene cosas que reclamar, allí estuvieron nuestros inundados con sus hijos, para decirle al país por dónde más pasan nuestros crímenes

En Parque Alberdi concentraban los niños “marchantes”, se preparaban el tren, los muñecos, los zancos y el color. Y por calle Rivadavia, tres carros para cirujear repletos de chicos se sumaron para encabezar la marcha.

“Es jodida la situación, estamos pasando mucho hambre con los chicos, y no nos atiende nadie, nadie nos escucha”, le dijo José, de Barrio La Tablada a Fuera de Foco.

Y a la hora de que hablen los protagonistas, los chicos de la ciudad de Santa Fe, la plaza 25 de mayo hizo silencio para que se escuchara:

“El hambre es un crimen y el sufrimiento de miles de chicos también lo es. En nuestra ciudad, como en el 2003 volvimos a inundarnos. Tuvimos miedo, bronca, nada pudimos hacer. Encima agua sin luz, las escuelas perdieron cocinas, útiles, bancos, sillas, días de clases”, dijo Jennifer. Y Karen, agregó: “Yo veía que la gente perdía todo, y encima cuando fueron a la escuela, les robaron la casa. En mi casa el agua llegó hasta la rodilla, a la noche te tenías que dejar un toallón al lado para secarte los pies”.

Otra nena explicó: “Estamos participando y apoyando la marcha porque queremos denunciar la situación de miles de chicos, que en Santa Fe sufren de hambre, desnutrición, miseria y desigualdad. Nosotros también tenemos derecho a un futuro digno, donde seamos todos iguales con educación y salud, pero con padres desocupados eso es imposible”.

Y una alumna de la Escuela Luis Ravera, enumeró: “Queremos que nuestros padres tengan un trabajo. Derecho a una escuela digna para poder estudiar mucho mejor. Derecho a educarse para ser una buena persona y respetada. A reclamar en libertad para que toda la gente sea escuchada. Derecho al trabajo para que toda la gente pueda comprarle ropa y alimento a los chicos. Derecho a la salud para crecer sanos y fuertes, tener un doctor que nos atienda cuando estemos enfermos. Señor presidente le pedimos a usted y a los gobernantes de este pueblo que hagamos todo lo posible para tener estos derechos y así seremos felices y tendremos un país mejor”.

Los grandes también tuvieron cosas para decir. Gabriela Almirón, de la Asociación Civil Juanito Laguna respondió a la pregunta que se hacen muchos: “¿qué esperamos con esta marcha? Lo que estamos cosechando es lo que esperamos. Queremos cambiar el país”.

Víctor De Genaro, por su parte, realizó una fuerte autocrítica a todos los sectores del campo popular: “La sensibilidad queda para nuestro pueblo, es un cachetazo a los gobernantes pero es una interpelación a todos los dirigentes sociales, gremiales, políticos, de derechos humanos. Nos interpelan los pibes, porque cuanto más tardemos en el campo popular para cambiar esta situación, se mide en vidas de pibes. Hay que ser concientes, hay que dejar de lado mezquindades, las banderías”.

“Esto es apelar a nuestra emoción. Los gobernantes, con lo que hablan los pibes reciben un cachetazo, no pueden no ser conscientes, pero eligen defender a los grandes grupos económicos para que se enriquezcan, se lleven nuestros recursos naturales y para tener bajos costos laborales necesitan del hambre y la pobreza”, agregó.

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