CONTRAGOLPE CON ERRORES
El intendente de Santa Fe intimó por carta al concejal Carlos Pereira para que ratifique o rectifique declaraciones vertidas durante el debate legislativo por la Comisión Investigadora. Balbarrey acusa al edil opositor de poner un manto de dudas sobre su buen nombre, dignidad y honor. Curiosamente se hace cargo de una acusación genérica contra “los políticos” lanzada por otro concejal. La respuesta del dirigente radical y la versión taquigráfica con los discursos de la polémica.
Mientras la Comisión Investigadora creada para dilucidar las posibles responsabilidades políticas del Departamento Ejecutivo Municipal durante las últimas inundaciones, comenzaba a dar sus primeros pasos, el intendente Ezequiel Martín Balbarrey despachaba una carta certificada sin cubierta con aviso de retorno, dirigida al concejal radical Carlos Pereira. En la misiva – a la que tuvo acceso Fuera de Foco - el jefe político de la ciudad intima al dirigente opositor a que ratifique y/o rectifique las afirmaciones vertidas en la sesión del Concejo Municipal, realizada el 12 de abril de 2007.
Según el intendente, el concejal Pereira afirmó en dicha sesión: “…lo único que hizo Balbarrey es cubrirse las espaldas para no ir preso. Fanfarronería y fantochada jurídica para no ir preso…”, con la intención de imputarle tácitamente la comisión de delitos.
Como segundo reproche, Balbarrey sostiene – a partir de una nota publicada en el diario El Litoral – que el concejal radical manifestó: “…no todos los políticos somos ineptos, inútiles, soberbios, incapaces, hijos de p…, idiotas, tontos, corruptos, chorros y delincuentes…”, descripción, que acuerdo a la interpretación del intendente es una “clara alusión a mi persona” (sic).
“Como su proceder puso un manto de de duda sobre mi buen nombre, dignidad y honor, le requiero que concurra a la jurisdicción que corresponda, otorgándome la posibilidad de ejercer mi derecho constitucional de defensa – pide el intendente, advirtiendo además que - no se tolerará una actitud injuriosa y agraviante que por su trascendencia menoscabe mi persona”.
Finalmente, la carta despachada el 30 de abril último señala: “…como su conducta tipificó una injuria calumniosa, de no rectificarse en el tiempo oportuno hago expresa reserva de iniciar las acciones judiciales, civiles y/o penales que pudieren corresponder”.
Respuesta del opositor
En diálogo con Fuera de Foco, el concejal Carlos Pereira aseguró que la carta del intendente “puede ser leído como una apretada”, aunque desestimó que esto pueda entorpecer el trabajo de la Comisión Investigadora. “En la comisión decimos no darle importancia. Ojala Balbarrey vaya a la justicia porque tengo muchas ganas de discutir con el en Tribunales. Vamos a ver si se anima, yo lo estoy esperando”, desafió el edil radical.
Para Pereira, esta reacción del intendente confirma que “Balbarrey sigue teniendo graves problemas de asesoramiento”.
“Me atribuyó a mí cosas que dijo otro concejal. Pero igual ni se la pienso contestar, porque además, es una falta de respeto. En primer lugar está mal dirigida. Habla de un “Consejo Deliberante” cuando en la ciudad de Santa Fe, el cuerpo que él también integró, se llama Concejo Municipal. Ni siquiera lo escribe bien porque usa la “s” cuando nuestro concejo es con “c”, puntualizó.
De todos modos, Pereira reafirmó lo que dijo en el debate del 12 de abril pasado. “Ratifico plenamente lo que dije en el recinto. Balbarrey me cuestiona que yo haya criticado muy duramente el decreto que el firmó el 29 de marzo decretando un alerta azul que en el plan de contingencia no existe. En ese momento dije una serie de epítetos que parece que al intendente le han molestado. Para mí eso era pura fanfarronería jurídica que solo buscaba la excusa para cubrirse las espaldas, cuando la realidad demuestra, que hubo un plan de contingencia que no funcionó”.
¿Qué se dijo?
La sesión del 12 de abril pasado fue una de las más calientes que se recuerden en el último tiempo. Oficialismo y oposición cruzaron acusaciones de grueso calibre cuando debatieron la conformación de la Comisión Investigadora sobre las posibles responsabilidades políticas del intendente y su gabinete durante las últimas inundaciones.
En ese contexto, Carlos Pereira realizó una minuciosa reconstrucción de los acontecimientos vividos en la ciudad cuando comenzaron las primeras lluvias el martes 27 de marzo. Allí recordó, que el plan de contingencia elaborado desde la municipalidad por el venezolano Pedro Zuccarini, se activa “cuando el servicio meteorológico informa sobre la posibilidad de lluvias de 100 mm o más sobre la ciudad”.
Siguiendo los dichos del concejal radical (registrados en la versión taquigráfica de la sesión), “el plan de contingencia tiene que haberse activado el día martes al medio día cuando estaba claro el pronóstico del servicio meteorológico. Pero el plan de contingencia no se activó el martes antes de las lluvias, se activó recién, y según el decreto del propio Intendente, el día 28 de marzo, el día siguiente, uno sospecha que en la mañana cuando ya en la ciudad habían llovido 150 mm. Todos sabemos que ese martes a la noche llovió mucho y el miércoles a la mañana también. Y me quiero detener en ése momento, digamos, el miércoles al medio día cuando ya había llovido 150 mm, no los 500 mm que llovieron después. Con 150 mm que había llovido ese miércoles al medio día ya la ciudad ya era un caos”.
Por este motivo, para Pereira resulta curioso “que ese jueves 29 de marzo el Municipio pasa, según el Decreto Nº 234 de la Secretaría de Gobierno, al estado de alerta azul”, cuando el plan de contingencia que presentó el intendente Balbarrey “en ningún lugar habla de alerta azul, no existe en dicho plan, y firmó un decreto hablando de alerta azul. El plan de Balbarrey era de alerta verde, alerta amarilla, alerta naranja y alerta roja. La alerta azul qué hace, qué tiene que hacer uno en el alerta azul”, preguntó desde su bancada el concejal, calentando los motores antes de lanzar la frase de la discordia: “Saben qué es esto, lo único que sabe hacer Balbarrey es cubrirse las espaldas para no ir preso. Estos decretos solamente son fanfarronerías y fantochadas jurídicas para no ir preso, porque en realidad no hay nada”.
Envalentonado con la verba de su colega, Marcelo Ferreira, del bloque Santa Fe es el Centro, tomó la posta en los discursos. “Seguir diciendo cosas que han pasado en ese momento, agregar al detalle del día a día que ha realizado el concejal Pereira, creo que no es necesario”, sostuvo el concejal justicialista, ahora opositor. “Yo le agregaría algo que uno ha recogido en ese safari de ir de un lado para el otro, llamados telefónicos y demás, algo de lo que uno ha podido escuchar: inepto, inútil, soberbio, incapaz, idiota, tonto, corrupto, chorro, HDP”, aunque sin aclarar el destinatario de estas diatribas.
Más adelante Ferreira intentó darle un poco de precisión a su discurso. “Que digan lo que quieran que se van a aprovechar de esto políticamente y claro que lo vamos a hacer, porque hay que darle una opción a la gente en las próximas elecciones, porque no todos los políticos somos ineptos, inútiles, soberbios, incapaces, hijos de p..., idiotas, tontos, corruptos, chorros y delincuentes, hay gente que quiere transformar esa realidad”, en otra elocuente descripción de cierta clase de dirigentes, que por segunda vez, el concejal evitó identificar.
A partir de aquí la cadena equívocos. El día 25 de abril de 2007, el diario El Litoral publica en página 4 una nota titulada “Los fundamentos del mensaje”. Allí le adjudican a Carlos Pereira las afirmaciones de Marcelo Ferreira sobre las cualidades morales de algunos políticos. Confiando en la exactitud de la cita del vespertino el intendente reacciona y manda la carta de intimación. Lo que todavía no se entiende, es qué razones lo llevaron a pensar que la acusación genérica lanzada en el recinto del Concejo Municipal era “una clara alusión” a su persona.
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