sábado, julio 5

OTRO PROBLEMA HEREDADO

La obra más emblemática de la ciudad de Santo Tomé se encuentra paralizada desde diciembre pasado. Existen problemas técnicos y un reclamo económico de la empresa contratista por los daños sufridos durante la inundación de 2007. Las autoridades del Ministerio de Aguas prometieron resolver el conflicto en los próximos 30 días. Los trabajos se realizaron sin proyecto ejecutivo aprobado.


Publicado en revista "Santo Tome Investiga" - Mayo 2008

Autor: Pablo Bosch


En los próximos treinta días los funcionarios del nuevo misterio de Aguas, Servicio Públicos y Medio Ambiente resolverán bajo que condiciones continuará la obra de protección de la margen derecha del Río Salado en el tramo Anfiteatro – Puente Carretero.

Los trabajos en esta obra emblemática de la ciudad se encuentran paralizados desde diciembre pasado por dos razones fundamentales: problemas técnicos en el hincado de las tablestacas y un reclamo millonario de la empresa contratista por los daños sufridos durante la inundación de 2007.

A estas dificultades se tiene que agregar un dato de gran significación. A 32 meses del comienzo de los trabajos el proyecto ejecutivo de la obra todavía no fue aprobado por las autoridades del ministerio. De este modo, ni la empresa ni la provincia saben como se terminará la costanera santotomesina, que ya tiene acumulado un costo de 40 millones de pesos.

Un poco de historia

El 4 de julio de 2005, el entonces gobernador Jorge Obeid firmó el Decreto 1386 adjudicando la obra de protección de la costanera de nuestra ciudad a la empresa Ecodyma Constructora S.A. El presupuesto oficial había sido establecido $ 22.805.859 y la firma ganadora se alzó con la licitación ofertando $ 28.499.480. Los trabajos comenzaron en septiembre de ese año y tenían un plazo de ejecución de 18 meses. Al poco tiempo aparecieron los primeros problemas.

Se encontraron diferencias de cotas y en la ubicación trazas en los desagües pluviales en el punto de inicio de la obra. Como consecuencia de esta discordancia algunas bocas de salida quedaban tapadas.

Debido a que la obra se inició sin proyecto ejecutivo aprobado, a medida que avanzaban los trabajos se iban descubriendo los problemas. El más grave involucró a las tablestacas. Aparecieron lugares de la costa con una profundidad mayor a la estimada originalmente. Esto alteraba el diseño original, con el consiguiente aumento de costos, debido a la mayor longitud requerida para las piezas.

En aquel momento los funcionarios provinciales justificaron los problemas en el apuro por licitar. "Lo que tenemos que tener en cuenta para esta obra es la urgencia con la que hubo que salir adelante y llamar a licitación; por suerte el gobernador (Jorge Obeid) y el ministro (Alberto Joaquín) pudieron conseguir los casi 29 millones que representa la misma. Se tuvo que licitar con un anteproyecto, que no es muy distinto a lo que se está ejecutando”, dijo el subsecretario de Infraestructura del Ministerio de Asuntos Hídricos Carlos Maina. (El Litoral – 12/06/06)

Sin embargo, la realidad fue mostrando que las diferencias eran cada vez más visibles. “Una de las condiciones para la empresa era que debía realizar un cálculo definitivo que avalara lo que nosotros habíamos hecho; o en su defecto, lo modificara por lo que se ejecutaría”, agregó Maina. Lo cierto es que estas modificaciones en el sistema de tablestacas derivaron en un cambio de proveedor y en mayores demoras para su colocación.

En el esquema original, la provisión y colección de las tablestacas debía realizarse entre enero y julio de 2006, pero recién estuvieron disponibles en octubre de 2006. Se trataba de 662 elementos fabricados en Luxemburgo por la empresa Arcelor, con una longitud de 14 y 16 metros, destinados a conformar una pantalla metálica de 496 metros sobre la barranca del río Salado.

Para comienzos de 2007 los trabajos estaban encaminados, pero la inundación de marzo complicó severamente el panorama. El obrador quedó bajo agua, algunas máquinas se dañaron y el proceso de hincado de las tablestacas fue interrumpido.

El apuro por terminar los trabajos volvió con las elecciones. En agosto del año pasado, el subsecretario Carlos Maina visitó la obra y anticipó una fecha de finalización. “Con el terraplén en el que estamos y las tablestacas que se están colocando, que son las que aseguran que el mismo quede para siempre, el objetivo primordial ya se estaría alcanzando; inmediatamente habrá que empezar con lo que tiene que ver con la parte arquitectónica y lo que es el paseo en sí, para que a fin de año pueda estar todo construido", vaticinó el funcionario.

Pero el esfuerzo de Ecodyma no alcanzó el ritmo que requería el marketing electoral del justicialismo y la última tablestaca recién fue colocada el 4 de octubre, cuando el resultado de las urnas había sepultado las expectativas de Angel Piaggio. Igualmente la ocasión fue propicia para que Jorge Obeid se saque una foto con sus funcionarios recorriendo la barranca.

Esa mañana, desde la Casa de Gobierno distribuyeron un comunicado que decía: “Jorge Obeid, acompañado del ministro de Asuntos Hídricos, Alberto Joaquín, y el Subsecretario de Gestión y Planificación, Pablo Casik, observó el avance de la gran obra que con una inversión superior a los 28.000.000 de pesos viene ejecutando el Gobierno de la provincia en la costa santotomesina”. El texto ya no especificaba plazos de terminación. Faltaba poco tiempo para el cambio de autoridades y una nueva paralización de la obra.

Parálisis y reclamo

Cuando las autoridades del nuevo ministerio de Aguas, Servicio Públicos y Medio Ambiente, tomaron contacto con la obra de protección de la barranca del río Salado, encontraron que el proyecto ejecutivo nunca había sido aprobado y que la contratista Ecodyma había presentado un reclamo administrativo por daños.

Consultado por STI, el ingeniero Fernando Mussi, subsecretario del Ministerio de Aguas, explicó que “en este momento la obra esta paralizada, estamos evaluando y analizando el proyecto ejecutivo, porque lo que se construyó hasta el momento se hizo sin el proyecto aprobado”.

Mussi agregó: “Se arrancó la obra con un proyecto básico y el proyecto ejecutivo era obligación de la contratista. Cuando iniciamos la gestión nos encontramos con un proyecto ejecutivo que no estaba aprobado. No se si esto es legal o no, pero nosotros con las obras que tenemos que empezar ahora, no lo hacemos hasta que la empresa tenga aprobado el proyecto ejecutivo”.

El funcionario precisó que se encontraron “con una obra que no tenía la ingeniería aprobada y no sabíamos si estábamos haciendo una obra con los problemas técnicos bien resueltos”.

“Son cuestiones técnicas sobre el funcionamiento de las estructuras que no afectan la seguridad, por lo menos hasta donde vimos nosotros”, aclaró.

El dato novedoso, es que además de los problemas de ingeniería que se están tratando de resolver, la empresa reclama una compensación económica por daños. “La obra esta paralizada desde diciembre, porque además hay un reclamo económico de la empresa por los perjuicios y daños que tuvo en la inundación de principios de 2007”, reveló Fernando Mussi.

Lejos de los cálculos originales, el funcionario precisó que el presupuesto de la obra ya llegó a los 40 millones, de los cuales están hechos cerca de 28 millones.

“La empresa esta reclamando 2,2 millones. Estamos en conversaciones y queremos resolver esto rápido. Lo que nos preocupa es arrancar con la obra cuanto antes”, aseguró el subsecretario.

Mussi sostuvo que se están evaluando los daños que la empresa dice haber sufrido por la inundación de marzo de 2007. “Hubo daños en el obrador, en los equipos y en la misma obra. Lo que piden es razonable porque efectivamente sufrieron daños, las diferencias surgen al momento de cuantificar económicamente ese impacto dentro de lo que esta previsto en el contrato. Pero como existen cuestiones que no están bien especificadas, el análisis en particular no es tan claro”.

La nueva gestión sostiene que la superación de las diferencias con la empresa solo podrá alcanzarse cuando exista un proyecto ejecutivo aprobado. “Lo revisamos y se lo devolvimos porque había algunas cuestiones que no estaban bien. Ahora la empresa lo esta modificando”, aseguró Mussi.

Entre los temas de análisis se encuentran las tablestacas que no se pudieron terminar de hincar como originalmente estaba previsto. Los problemas surgieron por la forma en que se hizo la operación y en las condiciones del suelo. Si bien el tema es complejo, desde el ministerio aseguran que todo esto tiene solución técnica y se lo esta conversando con la empresa.

“Nosotros ahora estamos en conversaciones con la empresa y suponemos que en 30 días debemos tener todo resuelto”, vaticinó Mussi.

“Yo estimo que quedan entre 8 y 10 meses de trabajo. La obra tiene el tablestacado completo, lo que hay que hacer es la viga de vinculación, después hay que hacer un refulado para rellenar todo a una cota determinada, después se hace una pendiente hasta el nivel superior y allí se construye un camino costero”.

Pero más allá de las buenas intenciones de los funcionarios todavía quedan muchas cuestiones por resolver. La primera es saber si la empresa quiere seguir al frente de la obra. La otra es conocer cuanta plata extra el gobierno esta dispuesto a poner para destrabar la obra. Por ahora los trabajos siguen paralizados y el plazo más cercano fue fijado en 30 días.

0 comentarios: